Retos de futuro y propuestas de mejora
Son muchos los retos que se tienen que conseguir en el plano de la formación permanente del profesorado universitario, existen infinidad de propuestas de mejora y de proyectos de futuro escritos sobre el papel. Aún así, existen dificultades que lo impiden y es necesario superarlas con el objetivo de garantizar la calidad de la oferta formativa. Algunos de los obstáculos a superar son:
La inexistencia de una legislación clara que recoja la regulación de la formación del profesorado universitario, tal como se hace en otras etapas formativas.
La superación de estigmas e intereses institucionales frente a una verdadera formación del profesorado universitario diseñada a partir de las demandas y necesidades reales de los docentes.
La falta de presupuesto que dedican las universidades a estas iniciativas. La universidad debe concebir la formación del profesorado como una de sus prioridades y como una posible inversión de futuro.
La sensibilización del profesorado en cuanto a la formación como respuesta a la mejora docente, como vehículo para el desarrollo profesional y no como un conjunto de méritos necesarios para sexenios u otros incentivos que, pueden ser complementarios, pero no consolidarse como única fuente de motivación.
La escasa tradición y cultura de formación continuada que tiene el profesorado universitario, sobre todo en el ámbito de la didáctica y la pedagogía universitaria.
Concretamente, (Zabalza, 2004) propone cinco líneas básicas para el desarrollo de programas de formación universitaria para los próximos años:
Paso de la docencia basada en la enseñanza, a la docencia centrada en el aprendizaje. Se trata de convertir al profesorado en un profesional del aprendizaje, que lleve a cabo un rol de facilitador y no de mero transmisor de conocimientos.
A mi parecer, nos situamos en el momento histórico perfecto para promover este cambio: la entrada de las universidades españolas en el Espacio Europeo de Educación Superior, la creciente presencia de nuevas tecnologías y la reciente aparición de nuevas e innovadoras metodologías de enseñanza-aprendizaje, estos factores coyunturales pueden suponer el cambio real que necesitamos.
Incorporación de nuevas tecnologías. Estos cambios de la era tecnológica llevan implícitos nuevos modelos formativos vinculados a software educativo, nuevos medios didácticos y nuevas situaciones de enseñanza-aprendizaje. La formación, como no puede ser de otra manera, debe dar respuesta a estas variaciones con el objetivo de que el profesorado pueda hacer un uso eficaz y funcional de todos los recursos que, actualmente, están a su disposición.
Se trata no sólo de una formación encaminada al manejo técnico de los recursos, sino de las posibilidades didácticas y formativas que éstos permiten para así, poder enriquecer, considerablemente, el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Flexibilización del currículum universitario. (Zabalza, 2004) expone la necesidad de concebir los planes de estudio de una manera más interdisciplinar y polivalente. Nos situa frente a la idea de las innovaciones curriculares y de la necesidad de una formación que acompañe estos cambios organizativos.
Esta situación de avance en el diseño de planes de estudio en la cual se encuentran muchas de las universidades españolas, tendría que realizarse, desde mi punto de vista, en un contexto de cambio actitudinal y de verdadera sensibilización y no caer en el peligro de que se trate de un simple maquillaje de fachada que puede suponer no afrontar el cambio con la seriedad que se requiere.
Búsqueda de calidad a través de la revisión de prácticas docentes. <<La demanda de calidad se está convirtiendo en un slogan básico de quienes se refieren a la universidad y a los retos que ésta deberá afrontar en los próximos años>>(Zabalza, 2004, p.178) .Desde mi punto de vista, para progresar en el ámbito de la calidad, es condición indispensable la formación, por no decir la herramienta clave que todo docente necesitará.
Finalmente, para acabar el artículo, recogeré algunos de los retos más importantes, a mi parecer, sobre los cuales luchar con la finalidad de conseguir mejoras perceptibles en la formación permanente del profesorado universitario:
Conseguir la generalización y transferencia de los contenidos trabajados en los cursos, seminarios, talleres… a situaciones de aplicación cotidianaza. (Yániz, 1999) Para ello, sería importante contar con el rol de asesores, mentores o iguales que realicen una tarea de seguimiento y aplicación de la puesta en práctica de conocimientos, actitudes o habilidades desarrolladas en las diferentes sesiones formativas.
Optar por un diseño democrático de la formación, en el cual participen los propios usuarios, con la finalidad de conseguir una mayor implicación y aprovechamiento de la formación, para así, garantizar una formación que responda a las necesidades reales de los docentes.
Propuesta de formación centrada en la práctica, la reflexión y la crítica de las propias prácticas docentes. Es decir, aplicar el método de investigación-acción como propuesta de calidad docente y de mejora profesional. (Latorre, 2007)
Promover la sensibilización del profesorado sobre la calidad de la enseñanza en general y la formación permanente del profesorado en particular. (Benedito, 1991)
Promover la formación en los propios departamentos, facultades o escuelas universitarias, y así dar apoyo a las iniciativas grupales del profesorado y al trabajo en equipo.
Facilitar espacios de reflexión y participación en los programas de formación. Crear redes formales e informales de intercambio de experiencias y difusión de iniciativas.
Mejorar la coordinación entre las diferentes instituciones públicas o privadas que ofrecen formación permanente del profesorado universitario.
Contemplar diversas modalidades formativas: talleres, seminarios, autoformación en grupos, conferencias, iniciativas innovadoras en equipo…
Entender la formación como parte intrínseca de la docencia y no como una sobrecarga.
Compensar la falta de tradición formativa en aspectos psicopedagógicos.
Revalorizar la docencia universitaria versus la importancia de la investigación.
Algunos de estos retos son ya realidad en algunas de las instituciones españolas, mientras que en otras son sólo ideales a perseguir. Cabe considerar que la formación permanente del profesorado necesita tiempo para asumir estos retos, que los cambios reales son lentos y pausados, por tanto, es necesario respectar el tránsito del proceso con el objetivo de garantizar una verdadera calidad.
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Per citar l’article
“Pinya C. (2008). La formación permanente del profesorado universitario: estado de la cuestión. IN. Revista Electrònica d’Investigació i Innovació Educativa i Socioeducativa, V. 1, n. 0, PAGINES 3-24. Consultado en http://www.in.uib.cat/pags/volumenes/vol1_num0/carme/index.html de l’article en (posar data)