IN - LogotipoLos planes de convivencia como documento activo del  centro y para el centro.  Andrés Nadal Cristóbal, Margarita Vives Barceló y Mª Carmen Capella

Convivir: intr. Vivir en compañía de otro u otros, cohabitar

Las palabras, en muchas ocasiones, implican en si mismas la totalidad de un concepto. Convivir, es uno de esos casos. El término convivencia, encierra todo un campo de connotaciones y matices cuya suma nos revela la esencia que vincula a los individuos y que les hace vivir armónicamente, en grupo. Se trata de ceñirse a unas reglas, a unas pautas de conducta, que permiten al individuo la salvaguarda del respeto y la aceptación de los otros. La convivencia, constituye el sustrato necesario para que se produzca el hecho educativo . (Ortega, 2007)

El cambio de las relaciones sociales, la desmembración de la familia tradicional extensa, el aislamiento de los grupos familiares, etc, ha hecho que la convivencia sea un concepto que ha pasado, de enseñarse en la calle, con los vecinos, los parientes … a ser una parte muy importante de la educación.

La tradición educativa, nos presenta la educación con la creencia que el conocimiento es transmitido desde los profesores hacia los alumnos, siendo el fin último de la educación, transmitir conocimientos (Ortega, 1997) No obstante, en la actualidad el sistema educativo tiene entre sus objetivos fomentar en el alumnado la adquisición de hábitos de convivencia democrática, de respeto mutuo y de participación responsable en las distintas instancias sociales y culturales (LOE, 2006). A los alumnos, a los padres, a los maestros, se les pide que convivan en un mundo cada vez más diverso y más heterogéneo y con la necesidad de armonizar las diferentes tradiciones culturales con un modelo educativo común. También se busca tener los mecanismos adecuados para dar respuesta a las necesidades docentes de la sociedad del siglo XXI y a la problemática que se presenta en los centros: bulling, racismo, xenofobia, sexismo....

En la escuela se aprende, o se debería aprender, a vivir con los otros y a construirse una identidad cívica que incluya el reconocimiento y el dominio de los derechos y deberes propios y compartidos. Como muy bien señaló Delors (1996), el trabajo escolar consiste en orientar a los escolares a aprender a ser y estar; aprender a pensar y comprender; aprender a hacerse y sentirse útil y aprender a relacionarse con los demás, eso es, a convivir.

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Per citar l’article

“Nadal, A., Vives, M., Capella, C. (2008). Los planes de convivencia como documento activo del centro y para el centro. IN. Revista Electrònica d’Investigació i Innovació Educativa i Socioeducativa, V. 1, n. 0, PAGINES 203-224. Consultado en http://www.in.uib.cat/pags/volumenes/vol1_num0/nadal_vives_capella/index.html de l’article en (posar data)”