IN - LogotipoAlumnado trilingüe en educación secundaria. Jesús Grisaleña,  Esmeralda Alonso y Alejandro Campo.

1. Del monolingüismo al bilingüismo

En la Comunidad Autónoma del País Vasco, la Ley Básica de Normalización del Uso del Euskera (1982) estableció la obligatoriedad del estudio de las dos lenguas –euskera y castellano- a las que se puede acceder -según la libre elección por parte de las familias- a través de programas educativos, “modelos”, que presentan rasgos diferenciados. El modelo A, en el que la enseñanza se realiza a través del castellano y la lengua vasca se estudia como materia. El modelo B, modelo de inmersión parcial, en el que el castellano y el euskera son utilizados como lenguas de aprendizaje al cincuenta por ciento. El modelo D era originariamente un modelo de mantenimiento de la lengua familiar minoritaria para el alumnado vascohablante, en el que la enseñanza se desarrolla en euskera y el castellano se estudia como materia.

En estos 25 años de implantación, la voluntad de las familias se ha decantado mayoritariamente a favor del modelo B y sobre todo del D, al que se han incorporado progresivamente muchos alumnos y alumnas de lengua familiar castellana, de tal forma que el modelo A tiende en la actualidad a convertirse en residual. Los datos presentados en el gráfico dan una idea de la situación de los modelos en el panorama de la CAPV.

Datos de matriculación

Datos de Matriculación

Fuente: Consejo Escolar de Euskadi (curso 2004-2005)

Más allá de las dificultades intrínsecas que el aprendizaje de las lenguas plantea, la actitud hacia ellas es un factor determinante en su uso. En este sentido es indudable que los programas bilingües no sólo producen hablantes de las lenguas o contribuyen a mantenerlos como tales, sino que permiten crear para ellos espacios y referentes comunes en más de una dirección y con más de un origen. De modo general, el hecho de estudiar en programas de inmersión a través de una segunda lengua –incluso tan distante de la primera como es el euskera- no dificulta, sino que más bien parece aumentar las posibilidades cognitivas del alumnado que se beneficia, al mismo tiempo, de aprender una lengua más

1.2.- Características de la metodología CLIL/AICLE

Algunos de los principios básicos de la práctica del CLIL/AICLE (Content and Language Integrated Learning/Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras) en el aula inciden en que la lengua se usa para aprender a la vez que para comunicarse. Además la materia que se estudia es la que determina el tipo de lenguaje que se necesita aprender y se insiste en que la fluidez es más importante que la precisión en el uso de la lengua.

Los teóricos nos dicen que la puesta en práctica de CLIL se basa en cuatro principios fundamentales: contenido, comunicación, cognición y cultura. De acuerdo con las denominadas 4Cs del currículo (Coyle, 2000), una lección de CLIL bien planteada debería combinar los siguientes elementos:

La metodología CLIL aborda aprendizajes que requieren la adquisición de conceptos, destrezas y actitudes. No se debe asumir sin discusión y sin evidencias suficientes que se aprende de la misma manera en una lengua extranjera que en la lengua materna. En primer lugar, los aprendices necesitan un input adicional para entender los conceptos y, en segundo lugar, quizá existan diferencias en relación con distintas lenguas y culturas. Por eso, las metodologías CLIL prestan gran atención a las demandas cognitivas de cada actividad, utilizando mayor cantidad de estímulos audiovisuales y aprendizaje cooperativo (en parejas o en grupo), andamiajes conceptuales (apoyo del profesor más intenso siempre que sea apropiado) y un salto frecuente de las destrezas de pensamiento simples a las más complejas. Es algo más exigente que el aprendizaje de una lengua extranjera y se diferencia sustancialmente del aprendizaje de contenidos en la lengua materna.

Es una mezcla de ambos y su puesta en práctica requiere ciertas competencias metodológicas por parte del profesorado. No existe duda de que las ventajas cognitivas que se alcanzan se pueden conseguir también en la educación en lengua materna. Sin embargo, la experimentación en CLIL ha puesto de manifiesto que el cambio de lengua de instrucción puede suponer un cambio significativo en el modo en que enseñan los profesores y profesoras y en el modo en aprende el alumnado en determinados centros. El cambio del medio de instrucción actúa como catalizador de la mejora educativa.

1.3.- Experiencias CLIL en la CAPV

En la Comunidad Autónoma Vasca se están llevando a cabo varias experiencias con relación a la mejora de la enseñanza-aprendizaje de la lengua inglesa. Por un lado, existen los programas INEBI (Ingelesa Edukien Bitartez / El inglés a través de contenidos) en Educación Primaria y BHINEBI (Bigarren Hezkuntzan Ingelesa Edukien Bitartez / El inglés a través de contenidos en Enseñanza Secundaria).

Además durante el bienio 2003-2005, 12 centros de Educación secundaria participaron en la Experiencia plurilingüe (EP) en la que se comprometían a impartir en inglés un mínimo de horas del currículo; seis de ellos se han seleccionado para participar en la presente investigación. Estos centros ofrecen la posibilidad de cursar las distintas áreas del currículo en tres lenguas: euskera, castellano e inglés. Con posterioridad esta experiencia se ha extendido a más centros de los que algunos ofertan el francés como lengua de instrucción.

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Per citar l’article

“Grisaleña, J., Alonso, E., Campo, A. (2008). Alumnado trilingüe en educación secundaria. IN. Revista Electrònica d’Investigació i Innovació Educativa i Socioeducativa, V. 1, n. 0, PAGINES 87-104. Consultado en http://www.in.uib.cat/pags/volumenes/vol1_num0/grisalena_alonso_campo/index.html de l’article en (posar data)”